La educación rural, continental y de islas, es parte constitutiva del territorio bonaerense y responde a las demandas educativas de comunidades pequeñas, generalmente distanciadas de los centros urbanos, con población dispersa. Construye identidad bonaerense, y entrama en las propuestas curriculares que se desarrollan en las escuelas y las aulas aspectos sociales, culturales, económicos y ambientales. Estas propuestas se concretizan en colectivos escolares que se distinguen por su diversa conformación, ya que son comunidades integradas por pueblos indígenas y por poblaciones migrantes nacionales y de países limítrofes en su mayoría.
Resulta necesario abandonar la idea de lo rural e isleño como un sector económico de la producción e introducir la categoría de territorio, “entendido este como espacio construido por los grupos sociales a través de sus trayectorias y de las interacciones que los vinculan entre sí”. El territorio no es un escenario estático, sino un campo de relaciones cambiantes, de manera tal que, cuando las relaciones cambian, se transforma el territorio y sus posibilidades de representación.
En un plano general, nos basaremos en los aportes teóricos sobre estigma realizado por Goffman (2004), los aportes realizados por Margulis y Urresti (1998) en lo referido a la constitución singular de la subjetividad que funcionan como indicadores de la procedencia social y la historia de las personas y las marcan frente a la mirada de aquellos otros con los que interactúan.
En cuanto a investigaciones sobre las respuestas históricas que ha dado a la diversidad el sistema educativo, nos basaremos en estudios de Southwell y Pineau (2014), en el estudio de Sofía Thisted sobre las construcciones estéticas de la infancia escolarizada (2014) y los aportes de Adriana Puiggrós en su recorrido por la historia de la educación argentina desde la conquista hasta el presente (2013).
En relación a la justificación de por qué estudiar las relaciones entre discriminación, escuela, diversidad en ámbitos rurales en contextos de alta migración, consideramos que son muchos los ejemplos que dan cuenta de estos mecanismos en las representaciones de quiénes son las/os estudiantes.
La posición teórica tomada en el presente trabajo supone como marco de referencia epistemológico al paradigma interpretativo de investigación, inscripto en el marco de las metodologías cualitativas que actúan sobre contextos reales y a los que el observador procura acceder mediante la participación en los mismos. En términos de Vasilachis (1993), estas metodologías cualitativas se nutren de los criterios de investigación de la etnografía.
Una mirada atenta a lo que ocurre en las escuelas en ámbitos rurales en contextos de alta migración en territorio bonaerense, hace visibles múltiples mecanismos que evidencian que en la medida en que las familias comienzan a diferir en su identidad y pertenencia social de aquellas que son urbanas, blancas y de clase media la relación de sus hijas/os con las instituciones educativas tiende a ser cada vez más difícil y suele aparejar trayectorias educativas interrumpidas, aprendizajes de baja densidad y estigmatización.