El presente trabajo se propone analizar el modo en que Carlos Astrada construye el sujeto nacional en algunas etapas de su obra. Con tal fin, nos valdremos de una doble propuesta metodológica: por un lado, analizaremos algunos aspectos del itinerario vital e intelectual del autor –tomando en cuenta las contribuciones de David 2004, González, 2021, y Prestía, 2022-, y, por otro lado, siguiendo el enfoque de historia de las ideas como análisis del discurso (Angenot 2010), nos detendremos en los trabajos de 1930 y 1940, en donde Astrada interviene con artículos y ensayos, asumiendo posiciones nacionalistas. Este itinerario por su obra ayudará a comprender mejor los posicionamientos filosófico-políticos del autor y ayudan a iluminar un ensayo clave, a saber, El mito gaucho, publicado en 1948 por la editorial Cruz del Sur y reimpreso en 1964 en un contexto complejo, en el cual se resemantiza fuertemente el trabajo inicial.
Teniendo en cuenta el doble enfoque metodológico, intentaremos destacar el sistema de recepciones que convergen en El mito gaucho a nivel nacional, especialmente la gravitación y cruce entre la literatura gauchesca –Martín Fierro de José Hernández y El payador de Leopoldo Lugones- y del existencialismo heideggeriano. Además, proponemos una lectura que sumerge el ensayo no solo en la larga diacronía –en diálogo, por ejemplo, con el Facundo de Sarmiento- sino también en su corte sincrónico, en el que disputa sentidos a sectores de la intelectualidad liberal –cuyos agentes son entre otros, Ezequiel Martínez Estada y Francisco Romero-.
Asimismo, atenderemos a las modulaciones en la construcción de la voz autoral, tensionando el modo en que Astrada modifica su voz para interpelar a distintos lectorados en espacios de edición bien diferenciados. En este punto, destacaremos el modo en que prepondera el proyecto de profesionalizar la filosofía (en intervenciones en revistas académicas como Cuadernos de Filosofía) y el modo en que desarticula el tono especializado para posicionarse políticamente en ensayos (como El mito gaucho) y revistas culturales (como Cultura, Hechos e ideas y Sexto Continente), intentando, por medio del estudio de temas más amplios, captar la atención de un lectorado más amplio.