La danza contemporánea independiente como forma de (ganarse la) vida. Entre la vulnerabilidad y la vida.
- Bertea, Francisco (CIECS-UNC/CONICET)
Situados en los Estudios sociales del arte (Bugnone et al., 2019; Capasso et al., 2020), en esta ponencia nos proponemos analizar el arte como forma de (ganarse la) vida (Narotzky y Besnier, 2020), desde un caso ubicado en el interior provinciano, como área de vacancia. Entendiendo que la mayoría de los trabajos se sitúan en ciudades metrópolis.
Llegamos a esta noción como resultado de una investigación etnográfica colaborativa (Lassiter, 2005) en el mundo de la danza contemporánea independiente en el Valle de Paravachasca, realizada entre los años 2018 y 2022.
Partiendo de la teoría del actor-red (Latour, 2008), analizamos al arte como práctica social, sin por ello pre-definir “lo social” ni la red de relaciones que lo componen. Como propone Latour, esta tarea se la dejamos a los mismos actorxs. Encontramos así que lxs bailarinxs articulan sentidos y prácticas estéticas, políticas, morales, económicas, afectivas, materiales, históricas, etc., en su hacer artístico. De modo que hacer arte no solo es un “trabajo”, sino un “estilo de vida”. Es así que el concepto forma de (ganarse la) vida, como noción relacional u holista, comprende a la totalidad de la persona y la vida colectiva (Mauss, 1921), no restringida a la esfera laboral (Narotzky y Besnier, 2020).
En base a ello, en esta ponencia, en primer lugar, caracterizamos las múltiples activiades que realizan lxs bailarinxs. Al igual que reconstruye la socióloga argentina Ornella Boix (2015, 2016, 2021) para la música independiente indie platense, encontramos que lxs bailarinxs se desempeñan como artistas gestorxs, en un mundo del arte cuyo ethos (Geertz, 2003; Zigon, 2008) se compone de una ética del cuidado, el trabajo colectivo, un ambiente amigable, una atmósfera afectiva de entusiasmo y un régimen afectivo discreto. Ethos que requiere un trabajo afectivo (Hochschild, 2003) reticular.
En segundo lugar, con el fin de desplegar el holismo de esta práctica social como forma de ganarse la vida, presentamos este mundo del arte como campo de producción restringida (Bourdieu, 2003), organizado por los capitales específicos del hacer artístico y el reconocimiento. Asimismo, reconocemos constelaciones de deseos en cada bailarinx como agenciamientos deseantes singulares, y reconstruimos tres agenciamientos deseantes colectivos: un vinculo placentero y deseante con el arte, una modo de hacer colectivo, cuidado, operativo y procesual como carácter deseante, y el deseo de ganar dinero y poder vivir del arte.
En tercer lugar, en el marco de una caracterización general del arte independiente como precario (Rodríguez Capomassi, 2015; Sáez, 2017; Sáez y Verdenelli, 2024; Sbodio, 2016), caracterizamos de forma situada y densa la precariedad como vector vulnerabilizante de esta forma de (ganarse la) vida, en tanto condición material estructural y, en tensión con ello, un conjunto de relaciones características del lazo social que funciona como vector vitalizante.
A partir de este recorrido nos interesa enfatizar en nuestro caso, por un lado, el arte independiente no resulta un forma de ganarse la vida en términos económicos, lo cual lleva a lxs bailarinxs al pluriempleo. Por otro lado, el “trabajo” como forma de ganarse la vida se configura como “estilo de vida”, donde arte y vida no se diferencian. Es así que el análisis que realizamos nos permite darle carnadura al planteo que la filósofa eslovaca Bojana Kunst realiza desde europea: el artista “se ha convertido en un prototipo de trabajador flexible y precario contemporáneo” (Kunst, 2015, p.154).