El presente trabajo se presenta como una deriva de mi tesis doctoral recién presentada donde investigo los modos de escribir de estudiantes de clases populares en las clases de Prácticas del lenguaje y Literatura a mi cargo. La experiencia que presento a continuación se sitúa en un segundo año de un CENS de la ciudad de Berisso, Provincia de Buenos Aires. Esta materia se inscribe curricularmente en el Diseño para Nivel secundario para la educación de Jóvenes, adultas y adultos, adultas y adultos mayores vigente desde el año 2022. Dentro de las perspectivas que prescribe este documento nos interesa la transversalidad de la ESI, ley de Educación Sexual Integral sancionada en el año 2006 a nivel nacional y en 2015 en la Provincia de Buenos Aires
Dentro de los objetivos que me propongo problematizar se encuentran las formas en que lxs estudiantes teorizan desde sus experiencias y de manera generizada en torno a los saberes de la lengua y la literatura tensionando los presupuestos de la disciplina que se dicta. En un sentido más amplio, se trata de preguntarnos hasta dónde legitimar esas voces que teorizan y construyen saberes atravesados por el género, la clase social, la etnia, lo generacional y lo geográfico abona por una “justicia curricular” (Connel, 2006) y cómo esta intención de habilitar esas voces de “los menos favorecidos” implica o no perturbar las brechas de desigualdad social.
En este sentido me pregunto, ¿cómo incide la prescripción curricular del último diseño para jóvenes y adultxs en mis prácticas áulicas? ¿En qué medida crear una escucha atenta a las apropiaciones de lxs estudiantes construye un aula que los empodere como sujetos de derechos? Y, por último, ¿si esta didáctica sociocultural de la lengua y la literatura pone en evidencia “conocimientos situados” (Haraway, 1995) que forman un aparato interpretativo escolar, parcial y fragmentado históricamente devaluado en la enseñanza de la teoría literaria?
Metodológicamente analizo un registro de clase y dos escritos ficcionales de estudiantes que intervinieron en una práctica concreta apropiándose de maneras particulares del cuento “Mariposas”, de Samanta Schweblin en clave sexo-genérica.
Los resultados del recorte empírico que presento dio cuenta de cómo ambas poéticas pueden constituir categorías de un marco teórico en ciernes que falta sistematizar dentro del campo de la didáctica de la lengua y la literatura de género (Sardi, 2017) evidenciando que la experiencia de lxs estudiantes es verdaderamente epistémica y recontextualiza los saberes disciplinares produciendo teorizaciones originales.