La 4ª Revolución Industrial, caracterizada por la convergencia de cambios geopolíticos, sociales y tecnológicos, está transformando el mundo en el que vivimos. La emergencia de un mundo multipolar, la consolidación de una sociedad compleja con tendencia hacia la heteronomía y la desigualdad, y la incorporación de nuevas tecnologías -como la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT), la robótica y la impresión 3D- están generando un escenario con nuevos desafíos y oportunidades para la Administración Pública argentina.
En este contexto, se espera que la Administración Pública experimente una transformación radical en los próximos años. Las nuevas tecnologías podrían permitir automatizar procesos administrativos, minimizando los problemas de la intermediación, y generando instancias autocorrectivas frente a problemas de sobrerregulación, desvío de objetivos y captura.
Al mismo tiempo, la Administración Pública deberá afrontar nuevos desafíos. Uno de ellos será la capacidad para apropiarse oportunamente de los adelantos tecnológicos. También deberá responder a demandas crecientemente plurales, como la necesidad de servicios públicos personalizados y accesibles para todos los ciudadanos. Por último, tendrá que ser capaz de regular a agentes económicos empoderados por el uso de tecnologías de última generación.