Organizaciones Alternativas: otras formas de gestión comunitaria para el cuidado y la defensa de los territorios rurales
- Magallón Diez, María Teresa (UAM, Unidad Autónoma Metropolitana, Ciudad de México)
A diferencia de las formas tradicionales, predominantes o hegemónicas de organización, las organizaciones alternativas emergen para contrarrestar muchos efectos negativos de la organización del trabajo en las sociedades neoliberales, como la pérdida de derechos laborales, la ausencia de participación y la inequidad que deriva de la exclusión de vastos sectores de población y de la depredación de recursos naturales en los territorios. Diversas expresiones de Organizaciones Alternativas se han asociado con valores tales como la democracia, la participación, la equidad, la autogestión, la solidaridad, la cooperación y la comunidad, y se caracterizan por formas de gestión menos jerárquicas y burocráticas, pues interpelan a la visión mainstream de las organizaciones tradicionales.
La efectividad e impacto de estas organizaciones va más allá de sus proyectos iniciales: al cuestionar los equilibrios sociales y buscar otros modelos de desarrollo y de organización, impulsan el cambio en las relaciones y en el balance de poder político, la transformación de marcos de acción, la modificación de códigos y normas, el planteamiento de nuevas orientaciones culturales, la generación de nuevos modos de regulación y de gobernanza, así como de nuevas formas de territorialidad y de relaciones entre empresas, organizaciones sociales e instituciones.
Se trata de organizaciones cuyo móvil es la defensa de la vida y la satisfacción de necesidades que posibilitan una vida digna, manifiestas en demandas como la suficiencia alimentaria, la justicia hídrica, la soberanía energética, la defensa del territorio, la dignidad de grupos étnicos y de minorías excluidas, entre otras. Responden a una forma de organización que contrarresta la absolutización de la racionalidad instrumental y desarrolla una racionalidad reproductiva orientada por la reproducción de la vida y no del capital (Hinkelammert y Mora, 2011), buscando contrarrestar la racionalidad del mercado global que impone la lógica de la competitividad espuria a través de la expoliación de la naturaleza y del trabajo (Coraggio, 2014).
En esta ponencia buscamos caracterizar, específicamente, las formas de organización comunitaria dirigidas a defender los recursos naturales y las condiciones de vida en los territorios, que se caracterizan por orientar los procesos sociales para la construcción de una racionalidad ambiental fundada en los principios de un desarrollo ecológicamente sustentable, socialmente equitativo, culturalmente diverso y políticamente democrático (Leff,1994). Para cumplir con este objetivo, se analizarán dos casos emblemáticos en territorios indígenas del sur de México, que reúnen muchos elementos comunes a este tipo de organizaciones en América Latina y en el Sur Global, ya que obedecen a una respuesta que tiene como valor principal la emancipación de formas de explotación y de control ajenos a los criterios de sustentabilidad que posibilitan la vida comunitaria en sus territorios, y que se explican a través de teorías e ideas sobre el Buen Vivir, el postextractivismo, la comunalidad y el postdesarrollo, entre otras.
Se concluirá caracterizando las estrategias que estas formas autogestivas de organización comunitaria han construido, para la producción de los recursos materiales y simbólicos necesarios para la constitución de laboratorios de resistencia a cargo de sujetos constructores de otro orden posible.