En clave histórica, podemos decir que la evolución de las ideas sobre la igualdad social como valor -y las luchas de clase que desencadena- es construcción tardía que mostró su auge en las reivindicaciones democráticas y políticas del siglo XVIII durante la Revolución Francesa y económicas con la implementación del “Estado Social” en el siglo XIX (Rosanvallon, 2012; Piketty, 2015). En el caso de nuestro país, el Estado Social se plasmó en políticas sociales compensatorias conformadas por programas de asistencia estatal a grupos sociales vulnerables tuvieron sus inicios de forma masiva a mediados de los años ‘90, con el objetivo de paliar en parte la profunda crisis social y económica. Dichos programas -a pesar de sus transformaciones- mantienen su vigencia en la actualidad.
En este trabajo nos interesa presentar algunos avances de una investigación en curso donde nuestro objetivo es conocer más acerca de la forma en que se desenvuelven los procesos de desigualdad social al interior de la clase trabajadora, haciendo hincapié en la dimensión simbólica de la representación.
Prestaremos atención a lo que podemos considerar como un indicador del proceso de desigualdad social al interior de la clase trabajadora: la discriminación social ejercida por trabajadores/as sobre otras fracciones de trabajadores que, debido a su nula o precaria inserción ocupacional (desocupados/as, subocupados/as e informales) reciben asistencia estatal a través de planes sociales.
La fuente principal de datos primarios con la que realizaremos esta indagación está conformada por diecinueve entrevistas a trabajadores/as de la industria del procesamiento del pescado de la ciudad de Mar del Plata realizadas durante los años 2022 y 2023.
En síntesis, nos preguntamos: ¿los/as trabajadores/as de la industria del pescado establecen relaciones sociales de solidaridad y cooperación con otras fracciones de la clase trabajadora, socialmente más desfavorecidas en términos relativos o, por el contrario, establecen y reproducen relaciones de desigualdad social que ellos mismos/as padecen a diario?
Los datos construidos nos permiten afirmar que los juicios morales y las emociones expresadas en mayor medida, contribuyen a promover procesos de fragmentación y desigualacion al interior de la clase obrera, dificultando la posibilidad de generar lazos de solidaridad, basados en la empatía, el respeto y el reconocimiento mutuo.