En esta ponencia me propongo describir el funcionamiento de una sala de música en vivo de la ciudad de Córdoba, Argentina. Esta sala se inauguró en el año 2021 y está ubicada en Barrio Güemes, un centro neurálgico para el divertimento nocturno de jóvenes de sectores medios que habitan la ciudad. Es una sala de capacidad intermedia, si la comparamos con otros espacios donde tocan bandas en vivo, con una capacidad para 300 espectadores parados o 150 sentados en mesas. Por su tamaño, este tipo de salas les permite a artistas locales organizar presentaciones para un público asible a las escenas en las que se inscriben, habilitando posibilidades artísticas y económicas a mediana escala en la música. Cada noche allí trabajan una pluralidad de actores como mozos/as, bartenders, sonidista, iluminador, cocineros/as, encargadas de personal, productores, managers, artistas, fotógrafos, Djs, VJs y personal de mantenimiento. Aquí nos preguntamos sobre cómo se gestiona esta sala y los vínculos que se establecen con una red de actores que hacen posible la música local de un modo específico.
Partí de la caracterización que hacen Gallo y Semán (2016) sobre la renovación de la música popular por efecto de un amplio conjunto de tecnologías digitales que modificaron modos de escuchar y producir música. Particularmente, los autores hablan del repoblamiento de pequeñas y medianas escenas a nivel nacional como cambio de escala, con público interesado y generando una economía solvente para proyectos artísticos y otros actores asociados a estos. Esta economía posibilita posicionamientos artísticos en autonomía de los grandes jugadores que monopolizaron la industria musical previamente. En este sentido, encontramos un conjunto de bibliografía que analiza nuevas actividades desarrolladas por artistas en relación a la música: sobre la gestión de sellos (Vecino, 2011; Boix, 2013, 2016, 2024), de club de bailes (Gallo, 2016), la producción en DJs (Irisarri, 2016; Rodriguez, 2019) o productores artísticos (Quiña, 2020). Acá se busca ampliar el foco a otros actores no artistas que, también, son fundamentales para configurar los modos de hacer música independiente en Córdoba.
Para este fin, tomaré notas etnográficas realizadas al acompañar a los dueños de dicha sala en sus múltiples tareas cotidianas de gestión, también al compartir reuniones diurnas con el equipo de trabajo y tiempos laborales nocturnos. En esta instancia de observación pude relevar sus vínculos cooperativos. Entiendo esta cooperación en los términos de Mundos del Arte (Becker, 2008), como red de personas que realizan actividades en conjunto para producir obras que estos mismos definen como artísticas. Este trabajo de campo lo sostengo desde el mes de marzo del año 2023 hasta la fecha, en el marco de mi investigación doctoral.