Mesa 7. Pensar al otro / pensar la nación

El pensamiento nacional, popular, latinoamericano y la problemática del colonialismo cultural

  • Rodriguez, Moises (Universidad Nacional de Avellaneda-UNDAV) Estudiante de grado
  • Carranza, Keyla (Laboratorio de Investigación Movimientos Sociales y condiciones de Vida, Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de La Plata - LIMSyC/FTS/UNLP)
Resumen

El presente trabajo tiene como propósito fundamental la puesta en valor del pensamiento latinoamericano y nacional desde un enfoque social, histórico y filosófico. En este sentido, proponemos analizar la matriz del pensamiento nacional y popular latinoamericanista que tiene un punto exponencial en los planteos efectuados por Arturo Jauretche, estos tuvieron una forma de interpelación al pensamiento popular, en el cual se encuentran enquistadas lo que Jauretche denomina zonceras. Las zonceras tienen el formato de ideas o concepciones de fuerte arraigo popular, debido a su trascendencia en el tiempo y la preeminencia de sus autores (próceres), dándole criterio de autoridad y tradición dentro de la cultura. Jauretche nos explica que estas zonceras son como piezas de dominó, al tocar una pieza se derrumban una tras otra.
La “Civilización y Barbarie” son la mayor de todas las zonceras y madre de todas ya que, de ella se originan la gran mayoría de las zonceras. Por ejemplo “el mal que aqueja a la Argentina es la extensión” o “la nieve contiene sabiduría”. Se puede definir a la zoncera madre desde los planteos europeizantes, los cuales pasan a convertirse en dogmas para las sociedades latinoamericanas a través de sus elites, concibiendo de esta manera a la cultura de la Europa más próspera como el modelo a seguir y de esta manera excluyen al resto de las culturas como constructoras de progreso. Es decir, la cultura dominante eurocéntrica no entiende ni siquiera como cultura a las demás.
Este modelo de pensamiento no desglosa la composición cultural de la Europa, en donde conviven y coexisten ambas naturalezas cofundadoras de las sociedades Europeas, es decir; la civilización y barbarie que confluye desde la expansión del Imperio Romano civilizado y la barbarie con la cual se mimetiza. De tal manera, las sociedades americanas oligárquicas en virtud de imitar a sus referentes culturales, han denostado toda expresión de lo autóctono barbárico (indio y gaucho) e incluso de europeos inmigrantes (por no pertenecer a los países modelos), para peor de los males, es que estos inmigrantes se han adaptado a los usos y costumbres populares, observándose un polaco agauchado o un italiano arrabalero. Pero, a diferencia de la construcción del pensamiento eurocéntrico -el cual pregonaría la civilización como exponente de la ilustración y con el estandarte de la libertad en sus manos-, el pensamiento popular latinoamericano es un pensamiento de resistencia de los oprimidos (Argumedo, 2004). Es mucho más fácil plasmar el criterio de libertad para los pensadores de las naciones opresoras y de este modo dominar culturalmente al oprimido.
También, resulta fundamental el pensamiento de Ugarte, el cual no solo representa un pensamiento propio de una época, sino una búsqueda de la esencia común entre pueblos hermanos que deberían constituir una sola nación por sus legados históricos, por las realidades que atraviesan, por las similitudes poblacionales, como también, en sus estructuras económicas, culturas y valores identitarios. Es decir, el fomento de la unidad latinoamericana.