La Tasa de Mortalidad Infantil (TMI) expresa el riesgo de morir que tienen los menores de un año en un área geográfica y en un año en particular, existiendo factores biológicos, demográficos, socioeconómicos, culturales, ambientales que determinan su ocurrencia. Asimismo, se distinguen en su interior dos tramos de edad (neonatal y post-neonatal) asociándose este último principalmente con las muertes que podrían ser evitadas.
Si bien a nivel mundial, se ha logrado reducir la mortalidad infantil en las últimas décadas, todavía persisten desafíos en términos de equidad. Los niños que viven en áreas desfavorecidas se encuentran particularmente en riesgo debido al acceso deficiente a establecimientos de atención a la salud y a agua potable, saneamiento e higiene, entre otros factores.
La mortalidad post-neonatal en la Argentina responde principalmente a causas sociales y ambientales que son reducibles. Por lo que estudiar la presencia de condiciones deficitarias en el medio ambiente, vinculadas a la pertenencia a clases sociales bajas, en el que interactúan los niños/as cobra relevancia en un territorio heterogéneo y desigual entre jurisdicciones, dado que dicho entorno los hace proclives a contraer enfermedades infectocontagiosas y diarreas que generan, cuando son recurrentes, la muerte. En consecuencia, la mejora de las condiciones o infraestructura sanitaria de vida, como la salubridad del agua, es crucial para prevenir estas enfermedades vinculadas principalmente a la mala calidad del agua, especialmente en comunidades vulnerables.
El presente estudio tiene como objetivo general analizar la distribución espacial de la mortalidad infantil por enfermedades vinculadas a la mala calidad del agua en la Argentina entre 2015-2022 e identificar los factores de infraestructura sanitaria más importantes que correlacionan con diferentes tasas de mortalidad infantil a lo largo de los hogares urbanos del país. Comprender el comportamiento de la mortalidad infantil en un territorio, su tendencia y los factores sanitarios que influyen en esto, es esencial para el establecimiento de acciones equitativas tendientes a disminuir las inequidades territoriales.
Como fuentes de datos, se utilizan el registro de nacimientos vivos y defunciones del Ministerio de Salud de la Nación para la construcción de series históricas de los indicadores de mortalidad infantil, y se establece su correlación con diferentes indicadores de infraestructura sanitaria de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) Total Urbano del tercer trimestre del año 2022, publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y representativa de las localidades urbanas del país de más de 2000 habitantes. Asimismo, se presenta a través de una cartografía de Poblaciones.org los cambios en la distribución espacial de la tasa de mortalidad en la niñez entre 2015 y 2022 a nivel departamental, procurando reflejar las desigualdades sociales que existen en el territorio del país.
En cuanto a los resultados, se espera que los mismos muestren que la tendencia de la tasa de mortalidad infantil por enfermedades vinculadas a la mala calidad del agua tendió al descenso mientras que la desigualdad en su distribución por jurisdicción y la desigualdad asociada a la infraestructura sanitaria no siempre acompañaron esa reducción.