Hasta el último Gurka!
- Amendolara, Alejandro (Instituto Argentino de Historia Militar)
Con motivo de la operación militar de recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982, Gran Bretaña decidió en respuesta, la movilización y despliegue al Atlántico Sur de una Fuerza de Tareas de efectivos y medios militares, sin precedente desde los días de la Crisis de Suez en 1956.
El componente terrestre británico quedaría compuesto por una Brigada de Infantería de Marina y sus servicios de apoyo, reforzada con dos batallones de paracaidistas tomados de una Brigada del Ejército británico. De todos modos, a la espera de la evolución de los acontecimientos diplomáticos, Estado Mayor General decidió el 5 de abril de 1982, que uno de los batallones de soldados Gurkas permanecerían en alerta de llamada de siete días,
Considerados por muchos como unos de los mejores soldados de infantería del mundo, la feroz reputación de los Gurkas nepaleses por su fiereza y sigilo en el campo de batalla, combinada con el uso hábil de su famoso cuchillo kukri, sirvió a los británicos para montar una campaña psicológica con especial énfasis al despliegue del Batallón Gurka, integrante de la Quinta Brigada de Infantería del Ejército Británico, en un intento para infundir temor en las tropas argentinas.
En respuesta a esa acción psicológica, los medios de comunicación argentinos publicaron una serie de relatos sobre estas tropas oriundas del reino de Nepal desde el momento en que se difundió su embarco y zarpada hacia el Sur a mediados de mayo de 1982, calificándolos de mercenarios infrahumanos que, de todos modos, debían enfrentase con nuestros cuchilleros correntinos que ansiosos los aguardaban en las trincheras en Malvinas con sus machetes y facones.
El envío de los gurkas del Ejército Británico quedaba así bajo el foco de atención de la opinión pública internacional. Se podría interpretar que era un despliegue de tropas coloniales para resolver un problema colonial, con lo que el gobierno nepalés entonces podría quedar expuestos ante el mundo. Tal situación podría ocasionar la revisión de los acuerdos vigentes, presionados por las críticas internas y externas del gobierno nepalés, y obligarlos a ser menos cooperativos y posiblemente a restringir el reclutamiento o intentar imponer condiciones en el futuro empleo de los soldados.
Así, y repentinamente, el despliegue de los gurkas desapareció de las noticias en medios de comunicación británicos, obligando a una mayor discreción al Ministerio de Defensa y al Foreign Office.
Poco se supo de los gurkas después, a excepción de las noticias originadas por la rápida acción diplomática argentina en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con fuertes y decididas protestas formales, y la propaganda argentina que prosiguió hasta los últimos días del conflicto, pretendiendo mostrar divisiones internas en las tropas británicas y falta de voluntad de lucha de los soldados nepaleses.
El regreso desde las islas de las tropas argentinas al continente tras la culminación de las acciones militares el 14 de junio de 1982, fue la oportunidad para los medios nacionales para recoger testimonios sobre brutales atrocidades cometidas por los gurkas en el campo de batalla sobre las tropas argentinas, según se alegaba entonces.
Esas historias fueron parte de la literatura y películas de la posguerra inmediata en Argentina, con lo que aquella reputación bestial continuó desarrollando una vida propia, que en cierto grado persiste hasta hoy.
La presente propuesta de ponencia, está basada en la investigación, recopilación y análisis de fuentes documentales obtenidas en archivos argentinos y británicos (diarios de guerra, órdenes de operaciones, mensajes y documentación diplomática, etc.), complementado con testimonios, bibliografía, diarios y revistas, también de Argentina como Gran Bretaña, facilitando así llegar al conocimiento de la historia real y del origen de la mitología generada a partir del despliegue del Batallón Gurka en la Guerra de Malvinas,