Es posible rastrear los aspectos que fundan la trama de la rememoración en diferentes partes de la literatura benjaminiana. Aquí indagaremos en particular la tensión que constituyen los aspectos teológicos y políticos ligados a la memoria, el olvido y la rememoración. En ello se conjuga lo individual y lo colectivo, los estudios sobre el tiempo, la concepción de la historia y la actualización del pasado con aquello que ha quedado pendiente o que no ha podido suceder. El olvido conjuga la presencia de al menos tres direcciones que nos permiten avanzar en esta lectura. Por un lado, la visión negativa del olvido de aquellos cuyos relatos quedaron al margen de la historia. El olvido es también la dirección de quien cae en el dormir que en el marco de la teología judía remite a quien no reconoce la presencia de Dios. Pero es justamente desde allí, que nos encontramos frente a la posibilidad de despertar. Y es también ello, dirá Benjamin, desde donde es posible dejar devenir la memoria involuntaria para tropezarnos con el recuerdo, y tener la posibilidad de una experiencia, de la articulación de esas imágenes de un pasado incumplido en un tiempo presente. Esa actualización es la rememoración.