El problema de la inseguridad ha sido vinculado en muchos países de América Latina a la cuestión del narcotráfico: los índices de homicidios y de violencia estaban emparentados directamente con el crimen organizado y con el tráfico de drogas ilegales. El caso argentino configuraba una excepción por la ausencia del narcotráfico como variable explicativa, vinculándose la inseguridad estrictamente a las desigualdades socioeconómicas: esta relación se establece en la opinión pública y en el mundo académico luego de la crisis por hiperinflación de 1989 (Kessler, 2009). En ese entonces, el delito comenzaba a incrementarse al mismo ritmo que lo hacían las desigualdades sociales y el desempleo. Así se crea una causalidad entre el delito y la cuestión social.
Este trabajo considera que en el año 2015 se produce un quiebre respecto a esta concepción. La gestión de gobierno de Cambiemos en su discurso oficial crea un nuevo sentido a la hora de pensar las políticas de seguridad.
La formulación del problema por parte del Estado en términos de “Guerra contra el narcotráfico” también merece un análisis. Es por esto que resulta necesario analizar las discursivas oficiales del gobierno de Cambiemos (2015-2019) asociadas a la seguridad, al control de drogas ilegales y al narcotráfico, para ver cómo se da esta nueva vinculación entre narcotráfico e inseguridad.
El trabajo indaga sobre las políticas aplicadas al control de drogas, observando cómo están orientados los recursos estatales y en función de qué objetivos.
Para realizar la investigación se utilizaron fuentes secundarias como documentos oficiales, imágenes y videos propagandísticos, diarios y entrevistas en medios de comunicación a funcionarios públicos.