El siguiente trabajo colectivo nació como un ejercicio de imaginación sociológica en el cual nos proyectamos como potenciales funcionarios públicos encargados de diseñar, planificar y evaluar una política pública. En un primer momento, tomamos como punto de partida el proyecto de Ley de Acceso a la Tierra impulsado por la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), que tiene como principal objetivo crear un fondo fiduciario con tierras fiscales que se encuentren ociosas para ser repartidas a productores enmarcados en la agricultura familiar y, de esta forma, garantizar la propiedad de la tierra para vivienda y producción.
En la medida en que concebimos este proyecto de ley como un potencial programa factible de ser diseñado con éxito, lo analizamos desde una perspectiva que incorpore la mirada sociológica a las políticas públicas. De esta forma, nos propusimos estudiar los fundamentos del proyecto de ley; la forma en que ingresa a la agenda del gobierno y el estado actual de las problemáticas que esta política se propone enmendar. En un segundo momento, retomamos el proyecto de Ley de Acceso a la Tierra para ir más allá del diseño de la política pública y avanzar en la etapa de formulación de alternativas, implementación y evaluación. Aquí, nuestra preocupación radicó, por un lado, en señalar potenciales problemas u omisiones del proyecto de ley que puedan obturar su concreción en un programa, y así, proponer alternativas más eficaces. Por otro lado, aspiramos a contribuir a las distintas esferas sociales con herramientas útiles y viables que tengan en cuenta los recursos materiales e inmateriales del Estado en pos de afrontar diversas problemáticas estructurales que hoy forman parte del debate público: tales como la vivienda y el hábitat, la alimentación consciente y sustentable, la concentración de tierras en pocas manos, el control de precios por parte de multinacionales, la pobreza y desigualdad, entre otros. Asimismo, nos proponemos pensar a las políticas públicas no como medidas efectistas “de una sola vez”, sino como un ciclo virtuoso que luego de cada evaluación vuelve a iniciarse potenciando un rediseño más eficiente y viable que abone al bienestar de los beneficiarios. Por estas razones, incorporaremos al cuerpo del trabajo un plan del proyecto, una base de indicadores y un mapa de actores.
Finalmente destacamos que el trabajo realizado es un diálogo abierto para continuar pensando las buenas prácticas de estado.