Mesa 37: La invención de lo cotidiano. Consumos, prácticas y experiencias en torno a las culturas populares y masivas

UNA MIRADA DE LA RED MUNDIAL DE ARTE DESDE UN NODO DE LA SEDE ARGENTINA

  • María Inés Pietrangeli (Espacio social y cultural El Zócalo La Plata - Fundación CITIDAD)
Resumen

El presente trabajo es una síntesis del proceso de surgimiento y desarrollo de la Red Mundial de Arte-Sede Argentina: enriquecedora experiencia de trabajo colectivo. Un proyecto independiente y autónomo que nace en Argentina entre referentes del arte y la cultura especialmente argentina y mexicana, unos meses antes de la irrupción de la pandemia de Covid19 y el aislamiento. Su propósito es constituir y fortalecer lazos nacionales y mundiales, para promover la investigación, desarrollo, intercambio y divulgación de diversas manifestaciones artísticas y culturales. Fortalecer el entramado cultural a través de una red donde compartir, intercambiar, desarrollar, entrelazar hebra por hebra, lazo por lazo.
La práctica de la gestión cultural se ha acercado a la idea de proyección: acercarse a otras culturas proyectando la propia. Pero desde hace un tiempo esta idea se está redefiniendo: proyectar ya no es suficiente. Se trata de conectar, de fomentar vínculos duraderos entre las personas. Una visión de la cultura más transversal, en conexión con otros ámbitos y en dialogo intercultural. Un proceso de conexión, de intercambio para favorecer la comprensión y el entendimiento mutuos.
Durante la pandemia, a pocos meses de la constitución de la red, ante la preponderancia de la virtualidad como modalidad comunicativa, se produjo entre los sus integrantes un proceso de interpelación y potenciación. Para satisfacer la demanda de contenidos fue menester concretar y ampliar la acción organizativa, promover eventos, mayor circulación y frecuencia de su revista digital, participación en ferias virtuales, con la firme creencia que la difusión, enriquecimiento e intercambio de bienes culturales en el seno de las comunidades favorece la instauración de mejores políticas sociales.
El inesperado impulso que nos brindó la situación de aislamiento, provocó paradójicamente la rápida interconexión con múltiples actores de todas partes del mundo.
Nos preguntábamos de qué manera sería afectado el mundo de la cultura. Y pudimos observar la rapidez con que adoptaron su paso a lo virtual para continuar el contacto con sus públicos. Posiblemente no se trataría de un “cambio” permanente, pero sí de un fenómeno para analizar, porque contiene características especiales, como gratuidad de las propuestas, caducidad, inmediatez. Sin dejar de considerar las dificultades especialmente económicas que sufrieron tanto artistas como técnicos y espacios artísticos y culturales, muchos de los cuales no pudieron sobrevivir.
Sabemos que las expresiones culturales de los pueblos han superado crisis de todo tipo, guerras y pandemias a lo largo de los siglos y adaptando/modificando sus modos de comunicarse y conectarse con los públicos: desde los teatros griegos, a los cuenta cuentos en plazas marroquíes, juglares y artistas callejeros recorriendo pueblos remotos, los actuales artistas plásticos urbanos, raperos, escritores, todos han modificado sus modos de expresión para seguir fortaleciendo la comunicación.
El mundo de la cultura es una forma de sostener la vida y las expresiones culturales son un modo de acercarse y enfrentar la realidad de un modo crítico. Es un proceso de reflexión que permite conectar con nosotros mismos y con los demás a través del tiempo, la distancia y las fronteras.