SALIR DEL POZO: ROCK, BARRIO Y MASCULINIDAD
- VIRGINIA PETERSON (UNSAM/IDAES-UNAJ)
SALIR DEL POZO: ROCK, BARRIO Y MASCULINIDAD
El presente trabajo se encuentra ubicado en el primer cordón de La Matanza. En los barrios de Aldo Bonzi, Tapiales y Villa Madero, identificando un circuito de músicos varones del género rock que establecen vínculos entre ellos, generando interacciones. Tienen entre 40 y 50 años y forjaron sus bases en la década de los 90, una trayectoria musical de 25 años o más, sosteniendo sus prácticas musicales durante décadas y sobreviviendo a distintas circunstancias adversas por las que atravesó el rock
Metodología: A tal fin se realizó trabajo de campo en el contexto de tres espacios, recitales, bar (Pizzería Dani), salas de ensayo a través de observación participante y entrevistas personales a músicos varones orientadas en relatos enfocados en sus trayectorias musicales y su vínculo con la música.
Objetivo/Problema: cómo se construye identidad en torno a los espacios que brindan las prácticas musicales en clave de masculinidad.
En primer lugar, se retomó la categoría Rock Chabón en torno a los sentidos otorgados tanto por la prensa calificada en la década de los noventa como por parte de los científicos sociales a fin de que los interlocutores músicos puedan dar cuenta o no de la misma.
Se indagó en sus trayectorias musicales, en el quiebre o pasaje que implicó pasar de escuchas a músicos; el cruce entre aprendizaje autodidacta, el paso por instituciones educativas a nivel musical y cómo estas instancias de aprendizaje en cuanto a formación musical operan a nivel individual y grupal. Se destaca, por parte de los músicos el tiempo invertido, la destreza de tocar un instrumento, horas de prácticas, componer, equiparse, de sonar solos o en conjunto, horas de gestión. Asimismo, suelen destacar los vínculos que se pueden dar a través de la música. Podría pensarse a estas prácticas de rock en varios sentidos, grados de profesionalidad y aspiracional.
Todas estas prácticas requieren de tiempo y grados de socialización a lo largo de los años y han forjado circuitos de músicos varones que se han mantenido en vigencia gracias en parte a las amplias redes de intercambio y gestión que supieron mantener entre ellos, se prestan instrumentos y equipos, comparten fechas o participan de invitados en algún recital, entre ellos existe un amplio nivel de intercambio material y de valores y códigos morales compartidos.
Dichos intercambios pueden observarse entre las prácticas y performances que realizan los músicos analizados en distintos espacios. Para ello, se tendrá en cuenta la circulación por los mismos que irán desde lo más público (recital) a lo privado (las salas de ensayos), pasando por un espacio “intermedio” (Pizzería de Dani).
Esta disposición de tiempo y espacio para la práctica musical a lo largo de décadas puede enmarcarse dentro de la lógica patriarcal y dentro de los privilegios masculinos de habitar los espacios públicos. Sin embargo, Saltar el pozo, implica para los músicos muchos sentidos, espacios de consagración, salir a escena y distinguirse de otros varones, como los seguidores de bandas.
Palabras Claves: Rock- Barrio- Masculinidad-