“Lo que queda de mi". Memorias de la represión en Catamarca (1974-1982)
- José Ricardo Ariza (UNCa)
- Alejandra Rivarola (UNCa)
Este trabajo aborda el testimonio de las víctimas de la represión en Catamarca en el período 1974-1982. Entendemos por víctimas a los familiares de los detenidos desaparecidos y los presos políticos durante la última dictadura militar, como también a los presos políticos desde la “Masacre de Capilla del Rosario” (22/8/1974). El objetivo de recuperar estos testimonios es el de dilucidar el proceso de construcción de una memoria colectiva entorno a esa tragedia nacional situada en una escala local.
Se sabe que los sujetos individuales o colectivos que colaboraron o fueron responsables durante la dictadura militar en Catamarca, lograron retener espacios de poder, en la postdictadura, provocando un manto de olvido sobre el pasado inmediato anterior a la recuperación democrática; o bien, a partir de su significancia como grupo social pudieron pactar una “reconciliación” desde la conjetura que “Catamarca fue una isla” donde los horrores de la Dictadura no fueron tales. Por eso mismo resignificamos el valor de los testimonios que aún permanecen silenciados o reducidos a espacios “militantes” a la vez que recuperamos las memorias expresadas en textos periodísticos que dejan entrever o permiten filtrar una visión de este pasado cercano que se intenta olvidar o minimizar.
Asumimos que la lucha por la memoria, en tanto procura una proyección del pasado de acuerdo con intereses vinculados a lo político, ocupa una materialidad en diferentes situaciones y escalas. En ese sentido, Jelin (2004) señala que no es posible encontrar una visión uniforme del pasado, compartida en su totalidad por una sociedad determinada. Sin embargo, es factible encontrar espacios alternativos, que resisten los discursos dominantes y configuran espacios propios para luchar contra el olvido y potenciar sus propias memorias. Estas otras memorias no cuentan con los respaldos documentales oficiales dado que fueron silenciadas. Entonces ¿por qué recurrir solamente a esas fuentes que niegan los relatos individuales y colectivos, los recuerdos, los afectos, las marcas, las huellas, las escuchas y las miradas? Justamente los límites entre lo dicho y lo silenciado, entre lo dado a exponer y lo ocultado marcaron la existencia de una memoria subterránea la que resultó una consecuencia necesaria del canon impuesto para memorar ese pasado.
El otro pasado el que se intentó silenciar subyace en el recuerdo de los actores, en los testimonios (materiales y simbólicos) de la época y posteriores a ella. Por eso mismo para posibilitar su emergencia en la realidad actual y desde una perspectiva metodológica cualitativa, privilegiando la oralidad, es que presentamos una serie de testimonios que ayudaran a reconfigurar las visiones canónicas del pasado catamarqueño durante la dictadura. De esta forma, proponemos historiar esa memoria admitiendo que las memorias siempre están enmarcadas socialmente y que expresan en algún sentido las representaciones sociales dominantes portando valores y actitudes que podemos interpretar como climas epocales.