La pandemia alteró la organización y distribución de los ritmos, tiempos y espacios escolares, demudando la representación dominante de lo normal. El orden habitual, se vio sustituido por un escenario que, en su caoticidad, gestó otras formas de encuentro, desprovistas de las jerarquías que el espacio escolar reproduce. ¿Qué nos pasó en la escuela de la pandemia? De acuerdo con Duschatzky (2017) podemos escribir desde el registro de la cuenta, una enumeración de hechos intempestivos que saturaron nuestra atmósfera cotidiana, o bien desde el margen de lo que surgió en el plano del animus, en un escenario que, de tan extraordinario, se convirtió en bisagra de experiencias que se corrieron de lo habitual, ofreciendo una invitación inesperada a modificar nuestro modo de ser y estar en ese ámbito. La escuela de la pandemia visibilizó de una manera irremisible las desigualdades, no solo materiales sino simbólicas y culturales, a distancia del aula física donde se asume una igualdad axiomática que opera en automático.
El presente trabajo recupera en primera persona los resultados de una exploración cartográfica de un entorno escolar concreto de nivel secundario. Decisiones que emergieron ante planteos inéditos, si la premisa era mantener el vínculo ¿en qué actividades ocupar nuestro tiempo y energías? La cartografía (Rolnik 1989), a diferencia de un mapa, es una representación dinámica que incorpora al mismo tiempo movimientos de transformación del paisaje, de la cual se espera hacer visibles afectos que piden otros posibles, atento a los lenguajes que encuentra e involucrado a las intensidades de su tiempo.
La propuesta metodológica consistió en una investigación sonora. A partir de un registro aleatorio de audios en el espacio escolar de pertenencia, lograr un pasaje a la escritura que capture la sensibilidad de la experiencia que nos atravesaba con el objetivo de identificar problemas que abrieran nuevas composiciones para intervenir en situaciones concretas. El ejercicio de escucha como exploración que involucra lo no codificado, indagando aquello que desborda las representaciones de lo esperable. Se aborda así un análisis de las cualidades del espacio escolar, paisajes de intercambios e imaginarios que subyacen, con una perspectiva de la experiencia como algo que nos pasa, del lado de las pasiones, dando cuenta de lo que nos afecta y sus derivas.