Mesa 9: Dinámica de la crisis global. Hacia una Geopolítica del siglo XXI

Ucrania: la punta del iceberg. Hacia un nuevo hegemón y un nuevo sistema de relaciones internacionales.

  • Adrian Ledesma (FaHCE - UNLP)
Resumen

En el texto propuesto, buscaremos comprender el conflicto ruso-ucraniano en distintos niveles. Desde su nivel estrictamente local y formal, hasta sus implicancias en la arena regional e internacional. La hipótesis central -a comprobar- es que la invasión rusa tiene íntima relación con al menos tres fenómenos.

Por un lado, el régimen moscovita caracterizó que, a nivel internacional, el saldo económico y militar de la pandemia fué la manifiesta debilidad de EE UU como "gendarme" y motor de las relaciones internacionales (crisis financiera y retirada de Afganistán). En esta comprensión, tanto el Kremlin como el régimen post Merkel -que llamaremos "la Nueva Era alemana" se dispusieron a un rearme y un calentamiento, que por necesidad, iba a llevar a operaciones de gran escala sobre el oriente ucraniano pues Putin se vió obligado a responder a las provocaciones de la OTAN honrando su palabra: "si nos sentimos amenazados, atacaremos primeros".

El segundo aspecto, y en relación con el primero, es que con el fin de la Era Merkel y el rearme alemán, los intentos largoplacistas de diálogo y asociación con Rusia, que hubieran dado a Europa una base continental propia dado un oportuno cambio de régimen ruso fueron dilapidados estrepitosamente. La "Nueva Era alemana" pretende esquivar la “larga depresión” (Roberts, Michael) y recesión europea y cohesionar el bloque comunitario histórico terciando en la disputa por el cambio de hegemonía mundial con peso propio. Postura que representa de algún modo, un rescate histórico inverso para los debilitados EEUU. Esta nueva política alemana -expresada en los crecientes ejercicios de la OTAN en las fronteras calientes- terminó de forzar a Putin a la acción.

Pero, y este es el tercer aspecto, al momento el régimen de Putin no logró ser realmente cuestionado, razón por la cual se presenta un escenario internacional muy agitado y confuso: todos tienen algo que ganar y algo que perder. La guerra de Ucrania será desde este momento y hasta la consolidación de nuevas fronteras al respecto, el factor dinámico de una acelerada reestructuración de las relaciones internacionales. No debería sorprendernos la oportuna implosión o el vaciamiento de organismos como las Naciones Unidad e incluso el G7, en paralela convivencia con el crecimiento de organismos como el BRICS. Tampoco el calentamiento bélico y social del pacífico, Africa y América Latina serían inimaginables de proseguir este ritmo la debacle económica mundial

Sea lo que quiera que pase con Ucrania, esta guerra no ha hecho sino rescatar regímenes impotentes que, de esta forma, den inicio de una nueva era histórica. Une en la que hasta el momento, las papas queman en occidente mientras China consolida su influencia con acuerdos de cooperación en casi la totalidad del continente asiatico. El acercamiento de China, Rusia e India, amaga con ser un verdadero dolor de cabeza al bloque Europeo-estadounidense. El cierre de filas de Putin con el régimen chino y la postura del regimen indio son muy elocuentes: Ucrania es la punta de un iceberg muy profundo que esta generación verá emerger costosamente.